¡Bloguero se vuelve serio con un libro de chistes!
Quienes trabajan en la oficina con acceso a Internet tienen ciertas liturgias. Algunos leen los diarios de noticias generales, los deportivos y/o los de chismes. Existe un subgrupo de energúmenos que bien poco les importa con quién está el que ayer fue de la oposición, qué pasó en el entrevero del domingo en Parque de los Patricios o quién se acostó con cuál (que vendría a ser todo más o menos lo mismo), sino que se dedica a cierto vicios adquiridos (no, esos no, cochino) como el blog de Podeti.
La liturgia incluye seguir los comentarios a lo largo del día que, cosa extraña en Internet, el autor ha conseguido domar hasta convertir en un elemento más del blog mismo. Leo el blog desde sus inicios, desde el cuarto post, pero todavía no recuerdo cómo llegué (habré estado buscando a mis héroes de la Fierro, la Sex Humor, o de los pasquines que caían en mis manos entonces, quién sabe) y cuando no había comentarios.
Desde que fueron habilitados, algunos comentaristas se volvieron fijos, como quien suscribe. Recuerdo el día en que, después de un post que daba pie al absurdo y al contrasentido, alguien firmó: "no veo la hora de leer lo que Heguido tenga que decir sobre esto", inaugurando una nueva etapa de la liturgia: Heguido y su repentismo, al que todos ya dábamos por descontado.
Cierta persona que de esto sabe bocha y que estuvo en una de las redacciones más importantes de las revistas de humor, me dijo hace un par de años: "Heguido debería trabajar en una redacción, yo lo contrataría" (lamentablemente dicha persona se encuentra semi retirada y dedicada al canal Gourmet, releer las cartas que Ricky Martin le mandaba en su efeba adolescencia y a ¿disfrutar? de sus discos de Bon Jovi).
Bueno, volvamos a Heguido: pronto se hizo bloguero él también. Hay que admitir que muchos autores de blogs de singular talento pisan los comentarios de Podeti, pero no nombraré ninguno más para no cometer injusticias. Son muchos y prometo dedicarles un post aparte.
Con el paso del tiempo, el "fenómeno Heguido" hasta llegó a Facebook, por lo que no es de extrañar que singular talento fuera tenido en cuenta para algo más importante, como ser el libro "El Sublime Arte de la Risa".
Dicho volumen (que ya ha sido catalogado por la crítica como "cuatrocientos gramos del mejor papel") ha sido prologado por (suenen trompetas, trompetines y trompetotas) Carlos Nuñez Cortés, que de esto sabe un poco, y cuya tapa ha sido ilustrada por otro comentarista de Podeti: El Profe, un talento también él (sí, me tendría que dar vergüenza codearme con esta gente, pero no).
No todos los días uno asiste más o menos cercanamente a la metamorfosis que va de "pelotudo con bloc" a literato hecho y derecho. En mi suburbio de escritores inéditos, él ya vive en el centro.
(¡Gracias, Fender!)
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